Blog

Como cada año, después de la dichosa cuesta de enero, llega presto el mes de febrero, con nuevas festividades que harán más liviano el día a día y suelen traer bajo el brazo nuevas alegrías. Es el caso de San Valentín, una onomástica que, por cierto, no ha sido inventada por los centros comerciales, como suele pensarse, sino que se remonta a la época del Imperio Romano. Es en aquella época cuando vivió San Valentín, que arrastra su fama de Santo hasta hoy por el hecho de permitir y proteger, en secreto, los matrimonios entre amantes jóvenes, un trámite prohibido por el emperador Claudio II para evitar que potenciales soldados en edad de combatir se apartaran de la milicia para atender a sus parejas.

Y casi 20 siglos después, ¡aquí estamos recordándolo! Sin duda es una buena ocasión para darnos un respiro como pareja, hacernos esos mimos que a veces quedan olvidados en la convivencia y robados por la rutina, o en el caso de no tener aún pareja, dar pistas sobre nuestros sentimientos…

Con ese propósito, solemos empezar, estos días, a buscar algún detalle para regalar, que aúne varias características, bien sea por practicidad, o bien por su simbolismo. En ese sentido, ¿porqué no regalar algo que ayude a nuestra pareja a conservar su belleza y a la par su salud? Sí, estamos pensando ya en Pillow Bra, una solución estética, adaptable a diferentes condiciones físicas, apto para cualquier mujer, y que siempre sorprende gratamente a quien lo prueba.

El próximo San Valentín, seguro que darás mucho amor ¡hazlo con Pillow Bra!